
Pequeño manual de remojo y fermentación
16 febrero, 2019
Cómo cocinar el arroz integral más rico y saludable
30 agosto, 2019¿Qué puedo hacer para desayunar y merendar mejor? La pregunta vuelve una y otra vez, como una pelota que pica de la mano de millones de personas. Es comprensible. Bastante arduo es desarmar el hábito, heredado por gran parte de nosotros, de llenar esos dos momentos del día con galletitas de paquete y leche chocolatada, o facturas, quizás algún juguito, café con leche y tostadas con queso blanco y mermelada. La inmensa mayoría de los argentinos con acceso al alimento desayuna variaciones de lo mismo: una montaña de harina blanca con una montaña de azúcar arriba. Y aunque hoy muchos nos demos cuenta de que eso no funciona, el problema recién empieza.
Encontrar otros menúes parece titánico, imposible. ¡No se nos ocurre nada! Y claro. No vamos a encontrar nada si en el fondo seguimos buscando más de lo mismo, aunque no nos demos cuenta. Porque la realidad es que alternativas hay, y son miles. Sin ponerse muy creativo, demasiado jipi o gastar dinero de más, las posibilidades abundan con sólo mirar a los vecinos. En otros países de Latinoamérica se desayunan legumbres, huevos o sopas con toda normalidad; y en la mayor parte del mundo los desayunos típicos son salados, cuando no incluso agripicantes. Las frutas, los vegetales, los cereales auténticos (no los de cajita) son los pilares del comienzo del día para una multitud que todavía recuerda esas raíces. Algunos sumarán huevos, otros algo de carne, ¡incluso pescado! No les voy a pedir que arranquen por ahí, pero sí que consideren que desayunar y merendar mejor quizás les resulte más fácil con sólo ir desarmando creencias.
La lista larguísima que sigue a continuación incluye todo lo que se me ocurre que puedo proponer para desayunar o merendar sin llegar a ningún caso tan chocante para nuestras costumbres como los que mencioné recién. A lo sumo me animo, si me permiten, a incluir sopas, pero todas ellas suaves y dulzonas, de esas que te reconcilian con la vida cuando hace frío. Prueben, anímense, tanteen, cocinen.
Van a encontrar variantes dulces y saladas, porque no estamos en contra del dulzor, sino de restringirnos a él o de abusar de su presencia. Van a encontrar diversidad de texturas y formatos, privilegiando un conjunto que me parece esencial durante todo el día: “las cosas como vienen”. No nos encerremos pensando que lo único tentador son los platos elaborados, sean galletitas, budines o cualquier otra cosa. Un durazno fresco y jugoso en su mejor momento es la opción más deliciosa en pleno verano. Unas almendras tostadas, una palta cremosa, un tomate al medio con oliva y sal merecen tanto aplauso como un muffin. Sólo nos pasa que… nos los olvidamos. Vamos a recordarlos. Y recordándolos nos vamos a dar cuenta de que lo más trabajoso es, como señalé antes, desarmar hábitos. En comparación, preparar una mesa diferente puede ser fácil, bastante más fácil de lo que pensamos.
Todo lo que figura debajo me parece igual de apropiado para niños y para adultos: es artificial y engañosa la idea de que a los chicos hay que darles de comer algo distinto, más dulce, más “divertido” o más parecido a lo que nos dictan las publicidades. Lo que les propongo como alimento para ustedes también lo considero propicio para nuestros hijos. Hay otros factores a atender por supuesto: en el caso de niños muy pequeños que recién arrancan su alimentación y/o hasta los dos años, la necesaria restricción de alimentos que se postergan un poco. O la forma en que presentamos hasta los 4/5 años alimentos duros que pueden atragantarlos, como es el caso de los frutos secos duros. No les voy a decir qué beber con sus meriendas y desayunos: confío en que todos ya recordemos que la sed se apaga con agua, y que si tomamos mate, té o café es porque nos da placer, lo cual por supuesto es un factor esencial y muy respetable. Si nos alimentamos bien, tampoco necesitamos “tomar la leche” para estar sanos, pero eso es otro tema y lo podemos dejar para otro día.
Van a ver algunos rubros, como budines o panes, que incluyen varios ejemplos y la esperanza de que ustedes los completen. Si figura un budín salado de zanahoria, con link a mi receta, es porque también podría figurar otro de zuchini que inventen ustedes y otro de espinacas que hayan copiado de un libro. Qué ideas combinan con qué cada mañana o cada tarde es de una variedad infinita. Así como muchos desayunan pizza con su mate (no mientan, ya los descubrimos) démosles permiso a nuestros hijos de que quieran desayunar fainá casera y una mandarina. No hay ningún motivo para evitarlo. Habilitemos.
Encuentren la vuelta para que sus vidas, sus rutinas, sus gustos y los de sus familias sean los que manejan el timón y dirijan el rumbo de lo que comen. Ni lo que yo digo, ni lo que dice una góndola: son ustedes los responsables y también los directores de orquesta para que la comida sea a la vez la más rica y la mejor posible para sus casas.

*ilustración de Leticia Paolantonio para mi libro «A cuatro manos».
Desayunos y meriendas para disfrutar
(todo aquello en negrita tendrá un link aplicado sobre las palabras: solo deben hacer click para acceder a las recetas).
Las cosas como vienen (alimentos al natural, o casi)
Frutas, enteras, en trozos, en licuados, en forma de cremas heladas (la de banana es excepcional sin agregar nada, acá la combino con palta)
Arándanos, uvas, frutas disecadas (peras, damascos, duraznos, ciruelas, dátiles, pasas, higos, etc).
Frutos secos enteros si tienen edad suficiente para que no sea peligroso.
Semillas (de zapallo, de girasol, etc).
Aceitunas.
Legumbres (porotos, garbanzos, arvejas, habas, solas o salteadas con oliva y ajo, ver abajo más ideas)
Tomate con oliva y sal
Tomates cherry
Palta.
Ideas simples con fruta
Banana pisada con pasas y canela
Banana pisada con palta y miel
Manzana rallada con miel
Manzanas o peras asadas (solas, con granola, con miel, con canela, con yogur, etc)
Frutas con crema casera de batata y cacao
Chips de manzana y/o de zanahoria
Desayunos o meriendas de cuchara
Crema de chía casera con frutas, coco, canela, lo que les guste
Porridge (crema de avena con muchas variantes).
Porridge salado, también, con espinaca, batatas, calabaza, lo que les guste.
Arroz con leche solo o con frutas (puede hacerse con leche vegetal)
Yogur casero (puede ser vegano), con semillas, con frutas, terminando un porridge (ver más arriba)
Legumbres: arvejas, garbanzos, etc (al natural si son muy bebés, con un poquito de su propio caldo de cocción con verduras, salteadas con oliva y lo que haya en estación y les guste: ajo, tomates cherry, cebollita, aceitunas, pasas de uva…)
Mijo salado calentito con puré de calabaza y aceite,
Mijo dulce con canela, miel, pasas y/o fruta (hay quien lo hace con quinoa o cebada)
Pelotita vale doble
Para muchos niños todo lo que sea una pelotita colorida y que se puede agarrar con la mano es más interesante. Recapitulo ejemplos anteriores que cumplen estos requisitos (frutas como arándanos y uvas, aceitunas, legumbres al natural) y sumo un par más elaborados:
Pochoclo
Pancitos o galletas & untables o cremitas
Aquí van una cantidad de variantes de base (pan, galleta, alternativas más locas) y posibles cremas para acompañar esas bases que no recaigan en el queso blanco de siempre.
Tostada integral (puede ser de este pan por ejemplo) con untables (mayonesa de zanahoria, de remolacha, hummus, crema de cajú o de girasol, dip de porotos con tofu, ricota casera), con palta, aceitunas, tomate, tomate seco, tomate cherry, semillas tostadas de sésamo, girasol, zapallo, brócoli al vapor o salteado. Con puré de berenjenas o de calabaza y queso de cabra. Frotando el pan con ajo y tomate como hacen los españoles.
Pan de brócoli en vez de tostada o pan para sándwich
Pan chato de avena, ídem
Budín salado de zanahorias (también se puede tostar y usar como pan en los ejemplos anteriores)
Palitos de zanahoria, apio o pepino, arbolitos de brócoli para untar con cualquiera de las cremas anteriores o algunas más: babbaganoush (de berenjenas), muhammara (de pimientos morrones), lo que se les ocurra.
Cuadraditos o deditos de polenta (se le da la forma aún caliente, se deja enfriar y cuaja, se puede comer así o dorar a la plancha una vez fría)
Tostadas de batata (cortadas en láminas cocidas al horno, o más blanditas: primero cocidas al vapor y luego doradas vuelta y vuelta a la plancha)
Fainá (harina de garbanzos) o kalinti, versión enriquecida.
Panqueques de harina integral, crepes de garbanzos, crepes de sarraceno, pancakes de harina de arvejas, de banana y avena.
Una idea dulce para acompañar: dulce express raw de chía y frutillas
Otra: crema de batatas al chocolate
Última: el relleno de esta receta es una crema de chocolate increíble a base de… legumbres!
Galles, budines y más horneados
(que se pueden hacer en cantidad y conservar en tupper)
Barritas de cereales caseras, dulces o saladas,
Budines o muffins de coco (sin harina), de yogur con frutas (el del link, de frambuesas, puede reemplazarse por cualquier otra fruta en igual proporción), de zanahoria, de bananas. Hay miles. Siempre se les puede reducir la proporción de azúcar (mis recetas tienen la mitad que las convencionales. Si se quita del todo el azúcar o reemplaza por otros productos su textura cambia).
Tortillas de huevo, mijo y vegetales al horno (en molde de muffin salen individuales)
Tortillas de papas, de espinacas.
Galletas caseras de avena, de avena y mijo, de harinas sin gluten, de manteca de maní o pasta de sésamo, sin harinas (ésta es muy exitosa).
Coquitos caseros
Y más
Huevos revueltos, omelettes, con infinidad de vegetales: espinacas salteadas o acelgas, brócoli, cebollita, puerro, zanahoria, calabaza.
Budincitos de espinaca o acelga rellenos.



