Hacer dos tazas de mijo básico como se indica por acá.
Cuando esté cocido, apagar el fuego y dejarlo reposar un ratito hasta que esté tibio (no frío del todo), con un repasador encima. Lo ideal es “amasarlo” todavía calentito pero claro, sin quemarse. Estos bollitos se pueden hacer con el mijo frío de heladera, pero hay que tener un poco más de cancha o usar procesadora. Mejor hacerlo con el mijo tibio para aprender.
Agregar al mijo en un bowl: cuatro cucharadas de queso rallado, comino, nuez moscada, sal y pimienta. Amasar con las manos como si fuera, justamente, una masa. El cereal se empieza a desmenuzar y se vuelve parecido al puré de papas, pero más sequito. Una vez bien deshecho, formar con las manos pelotitas del tamaño que quieran. Si se pegotean a las manos, sólo hay que mojárlas un poco. Si los bollitos quedan con una forma un poco extraña, o la superficie despareja, también los podés mejorar así, con las palmas húmedas. Dejar reposar en la heladera unos minutos (si estás muy canchero no hace falta).
Una vez fríos (también se pueden congelar así), sólo hay que llevarlos al horno medio tirando a alto, por veinte minutos más o menos para que se pongan crocantes por fuera y sigan tiernos por dentro. No hace falta agregar aceite, si usan una asadera antiadherente o un molde de siliconas.
Con estas instrucciones, ya salen unos bollitos con sabor a queso muy ganadores. Ahora bien…
– Con más queso, se vuelven sospechosamente parecidos al chipá y quedan más doraditos y crocantes. Un puñado de semillas de sésamo también suma.
– Con un poquito de puré de batatas mezclado con el mijo se ponen dulces, pegan mejor aún con queso de cabra. También se los puede hacer rellenos, poniendo en el centro un cuadradito de batata, calabaza, queso por salut, una cucharada de hummus, o lo que se les ocurra.
– La versión verde de la foto es nueva y mi nueva favorita, también. Salteé un atado de espinacas con dos dientes de ajo y apenas aceite de oliva; todo por unos segundos nada más. Cuando pierde volumen, apagar el fuego. Escurrir bien y procesar. Mezclando este puré de espinacas con el mijo y un poco de queso rallado, quedan unos bocaditos increíbles, con gusto… te diría… a tarta pascualina!
– Los bollitos amarillos de las demás fotos tienen: una zanahoria grande rallada (agregada cruda!), tomillo, comino, un puñado de espinaca picada y un puñado de queso chevrotin rallado. Sal, pimienta y nuez moscada. No hace falta ponerles siempre queso, claro, podés hacerlos veganos.
Inventar mil variantes es lo más fácil y entretenido que hay. Bien logrados, quedan muy parecidos a una masa de harina: se forma una costra crocante por afuera y están tiernos adentro. Salen una o dos veces por semana en casa-kiako.
«No está permitido utilizar las imágenes o los textos de esta web con fines de lucro, publicitarios o comerciales ni en medios de comunicación sin la autorización de la autora. Toda reproducción de fotos, recetas y/o contenidos, sea total y parcial, debe acompañarse del crédito correspondiente y link a la fuente original»