- 2 tazas de avena arrollada (entera, fina o gruesa da igual) - 2 cucharadas de harina de centeno o de trigo integral - para fermentar: chorrito de kéfir o vinagre de manzana sin pasteurizar. - 1 y 1/2 taza de agua - 1/2 taza de cacao amargo - 1/2 taza de aceite de coco (o manteca. Con otros aceites vegetales sale bien también, pero cambia la textura). - 1/2 taza de azúcar mascabo (reemplazable por el endulzante que les guste) - 2 huevos (si reemplazan por chilinaza cambia bastante la textura, pero sale) - 1 cdta de bicarbonato - No imprescindibles pero recomendables: 1 cda de extracto de vainilla, pizca de sal, extra de azúcar para espolvorear. - Opcionales (elegir alguno, no todos a la vez): 50 grs. de chocolate picado; ciruelas secas en trozos; media cucharadita de café disuelto en poquita agua; pasas, nueces o avellanas, semillas de sésamo, arándanos secos, rodajas de banana, etc.
Hidratar la avena y la harina (juntas) con el agua y el agente fermentador (kéfir o vinagre). Tapar con repasador y dejar reposar de un día al otro, o hasta 24 hs.
Aclaraciones acerca de esta etapa:
* Si no tienen idea al respecto, y les interesa, lean por favor este post sobre antinutrientes y éste sobre remojo y fermentación.
* Si no hay agente fermentador, se va a activar (remojar) sin fermentar y sale bien igual, solo no estará fermentado.
* La harina está para contribuir al proceso de fermentación y la neutralización de antinutrientes. Por eso debe ser de centeno o trigo integral. Si no les interesa, pueden cambiarla por cualquier otra harina o incluso almidón.
Una vez fermentada la avena (o al menos remojada de un día al otro, es decir, mezclada con el agua pero sin agente fermentador), agregar todos los ingredientes a excepción de los opcionales e integrar con espátula (o licuar, o mixear).
Llevar a una placa aceitada o enmantecada y hornear en horno precalentado a 180 grados por espacio de 30 a 45 minutos, o hasta que un palillo salga limpio. Es muy importante no pasar los brownies: aún antes de quemarse se pueden secar y quedar ricos, como un bizcochuelo, pero no tan húmedos y cremosos como esperamos de un brownie.
Para lograr un acabado crocante, esa capita finita que se quiebra en la superficie, el único método efectivo es una capita de azúcar espolvoreada sobre la masa ya en la placa. Yo suelo hacerlo: me permite incluso reducir la cantidad de azúcar en la masa gracias al dulzor que se siente al morder cada bocado. Pero siéntanse libres de elegir agregarlo o no.
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