Sección “un dos tres ya”. Viste cuando llegás muerrrrto de hambre, listo para un clavado en la heladera?

Ni siquiera voy a poner la receta aparte. La única clave es comprar hongos Portobello bien grandotes cuando los veas en la verdulería. Convengamos, son mucho más ricos que los champignones, lejos. Y suelen venir más grandes.

Los lavás por afuera con cuidado de no romperlos. Les sacás el cabito (todavía en modalidad “cuidado”) y no los tirás: los guardás para ensalada.

Mezclás: queso blanco, puré de calabaza (si está hecha así, mejor), albahaca, sal, pimienta y -toque final pero optativo- un poquito de curry en polvo.

Con esta mezcla rellenás los hongos y los pasás un minuto por una plancha o sartén bien caliente. La idea no es cocinar el relleno, sólo darle un color al Portobello por afuera. Así que fuego fuerte + breve.

A comer! con un poquito más de albahaca por arriba. Un, dos, tres, ya.