Esta semana me llegó una consulta por correo (emoción infinita) sobre cómo conseguir o reemplazar el tahine en esta receta.
Respondí con todo el amor y el detalle que pude y después pensé, ¿por qué no abrir un poco la cuestión? la verdad es que el tahine es tristemente desconocido por estas tierras. Se los presento: es una pasta o crema de sésamo, que se parece un poco a la crema de maní de los norteamericanos (la famosa peanut butter), en textura y en intensidad. En sabor,corre la misma diferencia que hay entre el maní y el sésamo, como se pueden imaginar.
En realidad no es tan difícil de conseguir: está en dietéticas, en supermercados grandes y en el barrio chino, además de tiendas gourmet y -obviamente- en negocios de medio oriente, porque el tahine es un básico de la cocina árabe, y por extensión de la comida judía turca o sefaradí (un saludito para mi mamá que me está mirando). Toooodos los argentinos se olvidan de que es un ingrediente fundamental en el hummus (crema de garbanzos) y el babbaganoush (crema de berenjenas), y por eso nunca logran el mismo sabor que las auténticas recetas de cocineros árabes. Pero también se usa mucho en dulces, y es un ingrediente genial para preparar vinagretas de ensaladas o aderezos untuosos sin acudir a la crema.
Todo es reemplazable en esta vida, pero no entiendo por qué uno optaría por reemplazar el tahine en una receta. Si no lo pudiste comprar, hacerlo en casa es una estupidez total: sólo necesitás semillas de sésamo, que podés tostar o no, y una procesadora. Procesás, procesás, procesás, y cuando pensás que ya no puede desintegrarse más el sésamo y el polvillo se empieza a depositar en el fondo de la procesadora, ¡magia! empieza a transformarse solito en una crema densa. Si lo querés aligerar podés agregar agua, pero yo lo dejaría compacto como para poder usarlo después de distintas maneras.
El sésamo es puro aceite vegetal del bueno, del que está lleno de propiedades saludables… de paso, vale la pena entonces usar sésamo integral o al menos sésamo orgánico como para hacer completita la buena acción del cuerpo, no?. Justamente por eso, por su aceite natural, dura una infinidad en la heladera. En serio, al menos un año, sin miedo…



