Está clarísimo que, en este espacio, primero viene el comer y -bastante después- el beber. Cada cual a lo suyo. Pero a todo le llega su hora, y hoy estamos de estreno: primer trago alcohólico.
La clave de un buen pisco sour es… un gran pisco. No hay vuelta que darle. Una vez que tenés una botella de buena marca, chilena o peruana de origen, sólo hay que agregarle azúcar, bastante hielo y batir con una clara de huevo cada tres medidas. El final de canela es tan importante como la sal en la margarita.
Como no puedo con mi genio, enseguida hicimos Pisco Melon Sour, una versión con un tercio de fruta y un poco menos de hielo, altamente recomendable. También hay quien usa, en lugar de azúcar, almíbar. Nosotros probamos con miel, y quizás ya estábamos un poco bebidos de tanto ir ensayando, pero nos pareció sublime.
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