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28 septiembre, 2016Estos chipacitos salieron del horno hace un rato y no me aguanté sin venir a contarles lo buenazos que están. Mi objetivo era un chipá saludable, un poco más liviano, y quiero decirles que está cumplido. ¿Y están ricos? Bueh, mi hija se manducó cuatro al hilo, mientras canturreaba de lo más compradora: “Qué delicioso…” Así pues, corrí a agarrar la cámara antes de que se acaben.
Son chipás de queso, señoras y señores. No les iba a venir con un “chipá vegano” ni ninguna cosa de ésas. Para hacer chipá, es con queso, y sino le cambiamos el nombre. Pero no tienen ni una pizca de manteca (ni aceite, ni ninguna otra materia grasa en la masa), llevan algunos secretos saludables y una selección de ingredientes livianitos, como un poco de ricota y más clara que huevo. Cuánto y cuáles quesos, quedará a gusto de cada cuál: yo les soplo mis sugerencias como siempre.
Ingredientes
Para una versión un poco más liviana del clásico chipá de queso. 2 tazas de fécula de mandioca (o almidón de mandioca que significa lo mismo) 3 cucharadas de ricota magra 1 huevo y 2 claras (podrían ser 2 huevos) 1 batata cocida, mediana (hay quien usa calabaza!) Queso, a gusto: el chipá tradicional lleva una combinación de quesos muy rica y muy poderosa. Acá, para una versión hiperliviana, sólo queso por salut magro estará bien, alrededor de media taza. Para una versión muy saludable, mitad de queso de cabra es una hermosa opción. Y para una versión gourmet, recomiendo un toque de queso ahumado: ñam. sal y pimienta a gusto opcional para el leudado: una cucharadita de polvo de hornear. opcional para el color rosa: jugo de remolachas, o agua de cocción de remolachas al vapor.
Procedimiento
Pisar la batata hasta formar un puré rústico, mezclar con la ricota y los huevos hasta integrar bien. Agregar la fécula, sal y pimienta hasta integrar totalmente y por último el queso. Tiene que quedar una masa chiclosa, espesa, muy maleable y que se desprenda un poco del bowl igualmente. Es preferible que les quede un poco chirle antes de reposar y corrigen luego.
Para lograr chipá rosa, simplemente agreguen a la mezcla un chorrito de jugo de remolacha (también funciona el agua de cocción de remolachas al vapor, que se tiñe de color intensísimo). Con el agregado de esta agüita, seguramente necesiten decrecer un par de cucharadas la cantidad de ricota. Prueben agregando de a poco.
Es MUY importante dejar reposar la mezcla al menos quince o veinte minutos. Van a ver cómo le cambia la textura. Ahí es donde van a comprobar si está bien o le falta un poquito más de fécula, por chirle.
Aceitar bien una placa (se pegan con facilidad estos chipá) y hornear a 190 grados por veinte a veinticinco minutos. Se doran por debajo y se empiezan a quebrar por arriba (no los doro completamente porque me gustan bien tiernos adentro, pero se puede).
Dejar reposar unos minutos aguantándose fuerte las ganas de hincar el diente, sólo para no quemarse, y arrancar.