Tarta de atún al uso nostro. Va!
– la masa es de quinoa, y está precocida para que tenga sostén y quede crocante.
– el atún es, como diría mi abuela, “secote”. El asunto es hidratarlo sin ahogarlo, porque la tarta se te va al cuerno.
– Para eso: que las verduras aporten humedad. Yo usé berenjena, morrón, cebolla, verdeo, repollitos de bruselas, zanahoria. Diría que el morrón y la cebolla son obligatorios. El broccoli queda genial.
– Sumar sabor & humedad juntos: salsa de soja, jugo de limón y el aceite de las verduras salteadas.
– Como ya comentamos, la papa es el puré. Quiero decir: la clave es el puré de papa japonesa que funcionó como ligue, “humectante” (ay, qué cosmético y femenino suena todo esto) y vehículo de sabor para todos los condimentos. Usé además comino y tomillo.
– Última: el relleno tiene que estar frío antes de meterlo en la tarta y llevarlo todo al horno. Fundamental, eh.



