Antes, originalmente, los muffins eran unos pancitos apenas dulces, muy saludables, con ingredientes como verduras, frutas o avena, y muy poca azúcar. Pero ahora, en realidad no hay mucha diferencia entre un muffin y una torta en forma de bocadito, una cupcake como también se las llama en el norte. O una magdalena nuestra. Los muffins de la foto, de zanahoria y queso crema, vuelven a ese espíritu de otras épocas…
Dulzones pero no tanto, llenos de cosas buenas, casi que se pueden acompañar de cosas saladas y usar como los pancitos de “chip”, ¿se acuerdan? quedaban geniales con jamón y queso. Como me sobró como para hacer un pequeño budín, me tenté con la versión sandwichera. Agregando o quitando un poquito de miel, se definen más para el lado del té o del almuerzo.
Después de la tarta de espinacas quedé en modo “esponjoso”, por lo visto. Estos muffins lo son: bien etéreos, tienen cúrcuma, pasas, almendras, y un montón de cosas buenas que les cuento por acá.



