200 grs de almendras (o maníes, avellanas, cajú, nueces, etc) 200 grs de ciruelas secas (o damascos, dátiles, etc) opcionales: endulzante a gusto (miel, mascabo, azúcar, etc) canela cacao chocolate rallado coco rallado pizca de sal arándanos secos
Remojar las almendras de un día al otro o mínimo 8 hs. Descartar el agua de remojo y enjuagarlas muy bien. (Puede usarse en su lugar bagazo de la leche de almendras, es decir, el residuo sólido que queda al prepararla). Licuarlas o mixearlas hasta formar una pasta, agregar las ciruelas de a poco, probando el resultado hasta alcanzar la textura y sabor que más les guste.
Pueden incorporar un poco de miel (para mayores de dos años) o algún otro endulzante si quieren elevar el nivel de dulzor. Pueden saborizar con cacao o chocolate rallado. Nosotras agregamos canela y algunos arándanos rojos secos, que en contraste con la pasta tan tierna y de sabor sutil daban un toque casi crocante y un contrapunto muy dulce.
Formar pelotitas y, si quieren, pasarlas por coco rallado, cacao o cualquier fruto seco hecho polvo (o semillas enteras como sésamo). Si les cuesta armar las trufas, llevar la masa a la heladera un rato para que quede más consistente.
Refrigerar y conservar en heladera: en recipiente hermético duran con facilidad una semana.
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