
Tarta de almendras y manzanas
25 julio, 2014
Coquitos o Cocadas
6 agosto, 2014Vengan, acérquense más. Miren bien, a veces las cosas buenas vienen en frasco chico. Con ustedes, el “antes” y el “después” de un millón de ¡pop!, ¡pop!, ¡pop!. Explosión de micro-bombas que daremos en llamar: pochoclo de amaranto.
¿Nunca hicieron pochoclo en casa? Es un ritual sencillísimo y hermoso. Imaginen la previa de una peli un domingo de lluvia, una sartén o cacerola bien caliente y listo: pop, pop, pop contra la tapa; pop-corn, palomitas de maíz, pochoclo casero. Una lluviecita de azúcar o sal, aroma a felicidad y un snack que, si lo piensan bien, es de lo más noble. Un cereal sin más vueltas, apenas un poco de aceite, y eso sólo si querés.
Pues bien: vengo a decirles que el mismo fenómeno puede lograrse con amaranto. Una semilla que está bastante de moda, y con razón: parece que hace bien-a-todo. Por si fuera poco, es rica y fácil de sumar a cualquier plato. En forma de palomitas de amaranto, no les voy a decir que es equivalente al pochoclo convencional, pero a cambio tiene un montón de otras aplicaciones muy sui generis: le da un toque crocante a cualquier ensalada. Corona una buena tostada. Termina divinamente un yogur con frutas o cereales. La lista es infinita… se puede saborizar con especias, como pimentón, dejarlo neutro o agregarle un toque dulce o salado.
Ingredientes:
- ¡Amaranto! - opcionales: aceite, sal, azúcar integral, pimentón, comino, orégano…
Procedimiento
La clave de todo el asunto es tener una sartén o cacerola gruesa. Que sea de hierro, o de triple fondo, o de acero pero pesada. Si no tenés nada de esto podés poner un calentador de esos tipo “radiador” con agujeritos entre tu cacerola y el fuego: pero ya es más peliagudo todo el proceso.
Calentar bien la sartén o cacerola, teniendo preparada una tapa a mano. No hace falta poner aceite si es buena o de teflón: es más, probablemente contribuya a que se te pegue si no estás canchero. Pero si ya lo hiciste un par de veces, y te gusta mucho el plus, podés poner unas cucharaditas de oliva.
Cuando la sartén está caliente pero antes de que humee fuerte, agregás el amaranto, cuidando de que la cantidad de semillas no exceda una capa fina sobre la superficie. Tapás y apenas sientas que empiezan a explotar, pop.pop.pop, apagás el fuego casi inmediatamente, apenas unos segundos después. Con el mismo calor concentrado deberían terminar de reventarse todos los amarantos; remové un poco la cacerola o sartén sin destaparla, para que se exploten las semillas de forma más pareja y no te queden algunas crudas.
Listo! servir con sal o azúcar, en una ensalada o sobre una tostada, con un salteado de verduras, coronando un yogur con frutas o cereales, un postre, una mousse, una torta… las opciones son infinitas!





