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Esta versión es un descubrimiento rrrrevolucionario porque rrrreversionamos una masa híper tradicional, la Pâte Brisée, un gran clásico de la pastelería, pero sin lácteos y manteca-free. Con un resultado igual o mejor gracias a un superhéroe, el arma secreta de la pastelería saludable: el aceite de coco.
La masa lleva huevo, porque siempre que sean de campo, no les tengo la menor aversión. Supongo que con chilinaza se pueden conseguir buenos resultados aunque no creo que quede tan increíblemente igual a (o casi mejor que) la clásica.
Ingredientes
Masa (tipo Brisée) - 2 tazas de harina integral - 2 huevos - 3/4 taza de aceite de coco (el virgen le da un sabor a coco suave que como ya se sabe, pega genial con la pasta frola) - 1 pizca de sal - ½ taza de azúcar mascabo (para golosos intensos, 2/3 de taza) - agua helada cantidad necesaria (poquita, o nada directamente). - opcional: vainilla o canela. Relleno Aproximadamente 300 grs de dulce de arándanos en barra (por supuesto puede ser de batata o membrillo para una tarta más tradicional) Digo “Aproximadamente” porque depende de la proporción de relleno que quieran darle a la pasta frola. En las fotos, creo que llevó demasiado. - 2 o 3 cucharadas de agua.
Procedimiento
Para la masa: Lo más importante antes de empezar es la temperatura del aceite de coco. Tiene que estar como la manteca pomada: blando, deshaciéndose al tacto, pero no caliente, ni líquido transparente. Si está muy duro, entibialo y dejalo recuperar temperatura ambiente antes de empezar.
Mezclar los ingredientes secos y agregar el huevo y el azúcar en el centro. Unir sin amasar demasiado. Incorporar el aceite de coco “pellizcando” con las yemas de los dedos, otra vez sin buscar amasar, no queremos darle calor a la masa con las palmas de nuestras manos. Una vez integrado, si hace falta, agregar de a poco agua helada hasta que la masa se forme, un bollo tierno, que se despega y no queda arenado, pero firme, bien consistente, plastilinoso. Dejar reposar en frío un ratito antes de estirar (con palote o una botella o termo, seamos honestos) y reservar una parte para las “rejas” de a superficie de la frola, aprovechando este momento para cortarlos a cuchillo y dejar las tiritas ya preparadas. Forrar un molde de unos 18 cm con esta masa y reservar las tiras.
Para el relleno: Disolver a fuego muy bajo el dulce de arándanos (o el que elijas) cortado en cubos, agregando el agua. Si es dulce de membrillo a mí me gusta incorporarle un poquito de jugo de limón. Se puede facilitar el proceso con licuadora o minipimer, pero sino, con paciencia y tenedor se desmenuza sin problemas.
Dejar templar un poco (que no burbujee pero que tampoco se enfríe porque cuaja) y volcar sobre la masa. Cubrir con las tiritas reservadas y llevar a horno precalentado a 190 grados por 30 minutos, aproximadamente, o hasta que esté lista. Importante: Dejar enfriar antes de desmoldar o servir, el dulce caliente se pone cuasi líquido y podés generar desastres por ansiedad golosa.




