
Albóndigas de carne y morcilla
12 marzo, 2014
Postrecito Bailey’s (whisky!)
17 marzo, 2014Lo rico, si fácil, dos veces rico… esto es un mensaje de paz y amor, con una bendición muy valiosa: manzanas y peras asadas, dulces y tiernas, sin trabajar ni un poco. Sincerémosnos: sin hacer, en realidad, nada de nada.
Diríamos que estas manzanas asadas son el pariente dulce del zapallo más rico del mundo, ése que hago entero y sale mejor que cualquier otro. Porque la técnica (pfffff la señorita dijo técnica, y ahora va a tener que contar de qué se trata, cómo sostiene dignamente eso de “técnica”?) es la misma:
- lavás la fruta, - la acomodás en una asadera, - la tapás bien, con tapa o papel aluminio, - y la cocinás a fuego moderado una hora y media, más o menos.

C’est tout. That’s all folks. Eso es todo. Sin rulos, sin vueltas, sin pases mágicos. También, sin azúcar ni nada que se le parezca. La pura fruta volviéndose cada vez más dulce y tierna en el horno, les juro que sale deliciosa como para alquilar balcones. O asientos a la mesa.
Nótese que ni siquiera me tomo el trabajo de retirar los cabitos y semillas antes (en el proceso de comer, sos tan feliz que no te molesta hacerlo mientras). Podés mandar un kilo y medio de fruta con toda tranquilidad, que te la vas a comer en el curso de la semana. Solita, de “snack”, como desayuno o merienda. Si acompañás la manzana con un buen copete de yogur y miel o mermelada de guindas por ejemplo, ¡uf! un postre de reyes, lo pondría en el menú de un restaurant cualquier día. Los amantes del crocante pueden pensar en granola, nueces tostadas o semillitas de sésamo.
“Técnica”, dijo la muy canchera. Quizás debería haber sumado un par de pasos previos, para justificar, por ejemplo: cómo ir a la verdulería a comprar las manzanas…




