(para dos muy hambrientos o tres más delicados) - ½ kilo de carne picada magra - 2 morcillas chicas, - 1 cebolla rallada (si querés picala, para mí es más fácil rallarla, queda más jugoso y llorás lo mismo), - sal y pimienta, poca. - opcional: tomillo o perejil - para terminar y hacer la salsa: limón, salsa de soja y agua
Abrir la morcilla y retirar los “cueritos” que sean poco agradables al tacto. Mezclar con el resto de los ingredientes salvo el limón y la soja. Amasar como si fuera justamente masa. Armar pelotitas amasando bien.
Llevar a sartén bien caliente con un poco de aceite primero de un lado, después al revés. No hay que tocarlas ni moverlas hasta que se doren por debajo, así se despegan fácil sin desarmarse y se forma su costrita.
A último momento, un chorro de limón, un chorro de soja y un chorro de agua (más agua que soja y limón); mover la sartén para dejar que se forme como una salsita, y tapar para que se cocinen un poco más en el medio, aunque ya están doradas por fuera. Si hace falta las hacés girar un poco, total ya hay salsa y no se pega.
(Si querés las podés rebozar un toque en harina o pan rallado, no es imprescindible, yo no lo hice).
Listo. adentro. con ensalada o con arroz, o con puré. En la foto hay un salteado rápido de chauchas (ejotes, habichuelas o judías verdes), champignones y ajo, con ralladura de limón, jugo de limón y perejil.
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