mucha polenta
25 enero, 2012Crepes de garbanzos
25 enero, 2012lentejas cebadas
Se pueden cocinar juntas; pero como está bueno hacer cantidad, es buena idea hacer por separado las lentejas y la cebada, y reunirlas en un segundo momento. Eso sí: aprovechando el agua de ambas dos, que ayuda a “amigarlas” en el guiso.
Las dos de la mano: se remojan desde el día anterior, se cambia el agua y se las hierve (empezando desde agua fría por favor!!) alrededor de una horita, con alga kombu y perejil. En los dos casos, está bueno que se pasen, que se deshagan un poquito, que se pongan cremosas. Vamos para el lado contrario de una pasta o un arroz blanco.
Cuando ya-van-estando, arrancar un salteado en sartén generosa o cacerola. Aceite – comino y pimentón – ajo y laurel de movida. Enseguida, cebollita, verdeo o puerro, zanahoria, apio y un poco de repollo. Salpimentar y un toque de azúcar, stevia o lo que use cada quien. Acá, la gracia está en que se junten todos los sabores: entonces, apenas afloja el dente de la zanahoria, se agregan las lentejas y la cebada con bastante sopita. Mezclar bien, agregar si hay vino o salsa de soja, y dejar tranquilo el asunto. Que se amiguen. Cuando la dichosa sopita se reduzca, se espece un poco, apagar el fuego, agregar perejil y sésamo, y sacarse el abrigo, que entrás en calor igual.
Regla general de los guisos: al día siguiente, es todo más rico.



