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1 septiembre, 2013Leicaj de miel, con harina de arroz, ¿será una herejía?
Como bien corresponde ante una institución sagrada (hablo del leicaj, no del judaísmo), investigué profundamente para hacer esta receta. Seguí los diez mandamientos del budín y acaté todas las normas del té.
Más allá de los rulos lingüísticos (¿será posible ir más allá? naaah), me tomé en serio las recetas originales, sin dejar por eso de darle mi vueltita kiako. Este leicaj quedó maravilloso, húmedo, especiado, con todo el sabor de la miel, pero eso sí: con harina de arroz. También le bajé mucho las proporciones de aceite y de miel… sin abusar. Es una torta de miel, no vamos a traicionarla.
Tiene un par de ingredientes inesperados (para mí, oh, atea!), que curiosamente abundan en las recetas tradicionales. Figuran casi en todas, café y manzana rallada; y yo no soy quién para venir a desacatarlas. Nunca hay que olvidarse: en la cocina, las abuelas tienen siempre la razón.
Ingredientes
- 1 y 1/3 tazas de harina de arroz integral (o la harina que prefieras) - 15 grs. de polvo de hornear - 1 cucharadita de sal - 2 cucharadas de canela - 1 cucharada de polvo 5 especias, o una mezcla de: clavo, nuez moscada, jengibre, pimienta, cardamomo, sumando esa cantidad. - ½ taza de aceite (115 cc aprox.) - 2/3 taza miel y un poco de stevia, o una taza de miel. - 1 huevo y una clara - 1 cucharadita extracto de vainilla - ½ taza de café, fuerte (sí, aunque usted no lo crea. No temas que quede con sabor a cappuccino, sólo le da una profundidad, un dejo tostado que no sabés bien qué es, y conste que lo vi en varias recetas tradicionales de leicaj. No es un invento.) - 1 manzana verde rallada fino - 1 puñado de pasas remojadas en whisky (si no te gustan las pasas, poné igual un chorrito de whisky que le da un sabor especial)
Procedimiento
A partir de acá, ninguna instrucción inesperada. Batir bien los huevos con la miel y una pizca de sal, hasta que espume; agregar el extracto, el puré o ralladura de manzana, el aceite, el café a temperatura ambiente, y poco a poco los ingredientes secos ya mezclados entre sí.
“Ojito” #1: Las especias son importantes en esta receta. Respetar las cantidades, y usar especias frescas, cambia mucho el sabor. Que el jengibre, el clavo o la canela sean polvos secos no significa que estén “muertos”: frescos saben mucho mejor.
“Ojito” #2: A la hora de hornear, repito el truquito que suelo usar para budines bien brillantes y con un terminado muy seductor: untar con apenas aceite y miel la budinera. Ayuda a que no se pegue y carameliza la superficie, ñam.
Cocinar en horno precalentado a 180° unos 50 minutos. El budín va a crecer unos centímetros durante la cocción: dejar espacio en la budinera! Con estas cantidades alcanza para un molde de 20 cm aproximadamente.
Tibio o al natural, con café o como diría mi padre moishe: mejor, con un téi.



