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Crema de chía con frutas y coco – raw y vegana
28 diciembre, 2013![](https://nataliakiako.com.ar/wp-content/uploads/2012/02/Kiako44-scaled.jpg)
Pan integral – básico
2 enero, 2014Creo que a estas alturas podríamos darle nombre a una sección del blog: Derribando Mitos. Hoy le toca el turno a esta falacia: “cocinar así es caro…”
Entiéndase bien. No diría tampoco que es barato. Depende del día, del caso, y de con qué lo compares. Si lo comparás con almorzar buena carne todos los días, es más que accesible. Si lo medís con respecto a una dieta de empanadas, seguramente salgamos perdiendo. Si vas a Mc Donald’s tres veces por semana gastás más, porque además de que esas cadenas son carísimas, la comida casera siempre es más barata. Un buen ejemplo es el yogur casero: hacer un litro sale más o menos lo mismo que un potecito individual comprado. Y le hacés un gran favor al mundo evitando intermediarios, packagings, pre-fabricados, por no hablar de conservantes, químicos, acidulantes…
También, por si no se dieron cuenta, a mí me gusta un poquito cocinar. Un poquito bastante. Entonces estoy dispuesta muchas veces a comprar ingredientes peculiares y a probar tortas con cerezas o frambuesas, que no son las frutas más baratas del mundo. Todo lo cual, casi siempre, se puede reemplazar por otra-cosa-como-indica-la-receta. En la mayoría de los casos indico que se puede usar cualquier-harina, cualquier-leche, y todas las variaciones que la imaginación me permita, a las que afortunadamente siempre se agregan otras que me proponen por ahí.
Al margen de todo esto, vamos con algunos consejos útiles. Me pongo los tacos prudentes de Lita de Lázzari, agarro fuerte el monedero y el carrito de compras con ruedas. Avanti.
– Fruta seca, jamás en los super grandes. Las dietéticas de barrio tienen mucho mejor precio. Las almendras juuuusto ahora se dispararon por una mala cosecha, pero las castañas de cajú son más accesibles y se usan muchísimo en esta cocina, especialmente para las recetas veganas y raw, porque hacen muy buena crema. No obstante, el maní es un gran amigo, tantísimo más económico, y único ingrediente de la manteca de maní, claro. Que se puede hacer casera, como les conté otras veces, pero no es cara tampoco: saldrá unos treinta, cuarenta pé, y dura un sinfín de recetas. Es importante que la fruta seca, valga la paradoja, esté fresca. “Seca” no significa anquilosada en el estante hace diez años, se pone rancia porque tiene un contenido de aceite altísimo. Así que, igual que con el verdulero: hacete amigo del señor Dietético. Encontrá el que trabaja más y mejor cerca de tu casa, y casate que es un buen muchacho.
– Los cereales integrales son accesibles. Otra vez: si los buscás en los hipermercados salen el triple. Siempre es recomendable consumirlos orgánicos pero en cualquier caso, no superan el precio del arroz de caja cuando es de marca. Buscá los mercaditos o, si no te importa lo orgánico, comprá siempre en la dietética y nunca en el súper.
– Comprate unos lindos frascos, grandes, herméticos. Una vez que sepas qué ingredientes usás mucho, los almacenás bien para que duren y comprás en cantidad, para bajar costos cual ecónoma de barrio.
– El coco es un graaaan amigo. El coco rallado sale dos mangos, y podés usarlo en muchas recetas, además de hacer con él manteca de coco o leche de coco. ¿¿¿Leche de coco??? Sí, esta receta la ando debiendo. En breve la posteo: es tan fácil como hacer leche de almendras.
– Hablando de leche de almendras, la de avena no cuesta nada y se hace con el mismo procedimiento. Ni hablar del uso de la avena en general: es uno de los cereales más baratos y más versátiles. En muchas recetas, cuando uso harina integral de arroz o de otros cereales que quizás te cuesta o te da fiaca buscar, podés usar harina de avena procesando la avena arrollada y listo.
– Los dátiles son difíciles de reemplazar, es cierto, y son carelis. Yo los atesoro, los escondo de las garras del snack, están sólo para las recetas más pedigüeñas. Pero en caso de bolsillo justo, para reemplazar, recomiendo transigir con mitad de un endulzante más accesible, como miel o azúcar, y mitad de pasas o ciruelas tratadas de la misma forma que el dátil.
– Hay días que uno está para regalarse una excepción, y días que te quedan monedas. Parte del asunto es elegir la receta para cada caso. Una sharlotka por ejemplo, tiene manzanas, harina y huevo: vas a gastar en la torta entera lo mismo que en una porción pequeña de confitería. Las recetas con harina de garbanzos son hiper económicas y muy ricas. Los porridge salen menos que un yogur con cereales comprado, mucho más ricos y más saludables. Los bollitos de mijo y las ensaladas a base de arroz también cuestan menos que un sándwich. Ni que hablar de un budín de pan, con pan viejo.
– La verdura de estación es más barata y más rica. Además de tener mi verdulería favorita (un saludo a los grandiosos bolivianos de Medrano que me están mirando), también soy infiel y compro en los puestitos callejeros las ofertas del tipo “dos kilos de berenjenas a diez pesos”. Ahí, la creatividad al poder: salís a buscar la receta digna para el ingrediente, y no al revés. Si está barato no es que está malo: está maduro, justo, esperándote.
– Última recomendación del día. Andá a los mercados. Pero no al palermista itinerante con stands de jugos y chirimbolos de colores (que está buenísimo, se come bárbaro, y es un paseíto hermoso, pero hablamos de otra cosa). Los mercados de productores, los mercados orgánicos pero populares como El galpón, cada vez hay más y más cerca de todos los barrios.