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La papa en ensalada es un regalo divino, sobre todo si aprendés a condimentarla bien y ayudar a que absorba todo el sabor de la vinagreta. Esta vez, la ensalada es tibia y eso ayuda mucho: la papa se vuelve una esponja y el aderezo, déjenme que les diga, es espectacular. Le hace la segunda a las lentejas de mil amores. Con el jugo de los tomates haciendo de las suyas, no hace falta más.
A la hora del almuerzo, esta ensalada vale sola, a mi juicio. Si hay más hambre o es una comilona, puede secundar un sándwich, una tarta o… acompañar un asado, lo dije. El complemento ideal sería en realidad una rica sopa, pero estamos en febrero, vamos a dejarla pasar.
Ingredientes
(como para dos personas) - tres papas chicas o dos grandes, con piel - una taza de lentejas (cocidas con laurel, cebolla y alguna verdura como zanahoria o apio) - un puñado grandote de perejil - un tomate grande o dos pequeños - verdeo, cebolla colorada o echalotes - alcaparras o aceitunas Para el aderezo: - Dos cucharadas de mostaza - Aceite de oliva (bastante) - Un chorrito de salsa de soja - Dos cucharadas de vinagre de vino o aceto - Un diente de ajo picado bien chiquito - Sal y pimienta - Si querés, una cucharadita de comino - Una cucharada o dos del agua de cocción de las lentejas (si las preparaste en otro momento, aligerá con agua simpemente).
Procedimiento
Preparar el aderezo y marinar ahí la cebolla, el verdeo o el echalote picados, mientras hacés el resto de la ensalada.
Hervir las papas o cocerlas al vapor (esto último es mejor), siempre con piel. Cortarlas en trozos grandes. Agregar el tomate cortado en cubos pequeños, las lentejas, las alcaparras y por último el aderezo. Mezclar todo y terminar con perejil en abundancia.
Ñam.
