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Un día se me van a acabar las ganas de cocinar, pienso. Después me pasa esto, un cheesecake increíble, que me sorprende y me entusiasma como niña después de unos 5 años de cocinar casi sin parar. Y me doy cuenta de que no, difícilmente me aburra de la fiesta de los sentidos que tengo por acá.
Con ésta, con ésta te convertís en héroe Kiako (ahre).Es que me encanta esta receta. Arrasó en casa: un cheesecake simplísimo, muy accesible y a nivel sabor, rankea altísimo: combina el dulzor de las batatas (boniatos o camotes) en el relleno, la suave acidez de los arándanos en la cubierta y una base fina, crocante con sabor a almendras (que pueden ser nueces, o avena y coco rallado para abaratar). Nada de lácteos, nada de cremas ni queso Philadelphia: este cheesecake queda alto, untuoso, perfecto, sin ninguna necesidad de ellos.
Ingredientes
Para la base: - 1 ½ taza de nueces (reemplazables por almendras, o avena y coco rallado, o un poco de cada cosa) - 3 o 4 cucharadas de miel (reemplazables por agave, arrope o almíbar) Para el relleno: - 1 ½ taza de puré de batatas (boniatos o camotes) cocidas con piel al vapor o al horno (NO hervidas) - 5 o 6 dátiles (reemplazables por miel o azúcar, incluso stevia para los diabéticos) - 1 ¼ taza de leche vegetal, leche de vaca o incluso pulpa de fruta procesada con 1 taza de agua (con 1 durazno y agua queda maravilloso) - Extracto de vainilla a gusto - 1 cucharadita de canela Para la compota: - 1 taza de arándanos frescos o congelados (puede reemplazarse por frambuesas, frutillas o la fruta roja que prefieran) - 2 cucharadas de azúcar mascabo o miel - 1 cucharadita de almidón de maíz, araruta o kuzu (almidones más saludables)
Procedimiento
Precalentar el horno a 180 grados.
Procesar los ingredientes de la base hasta formar una arena que, al presionar con el dedo, se transforme en una plastilina maleable. Si esto no sucede, agregar una cucharada de agua o jugo.
Engrasar con aceite, manteca o aceite de coco un molde de unos 16 cm de diámetro, de paredes altas (ojo, es pequeño). Forrar la base con esta masa hasta formar un zócalo de unos 7 mm de alto y alisar con la mano húmeda o el dorso de una cuchara. Reservar.
Procesar todos los ingredientes del relleno hasta formar una crema homogénea y lisa. Probar y si hace falta ajustar el dulzor (depende un poco de lo dulces que estén las batatas). Volcar esta crema en el molde, sobre la base de masa.
Llevar al horno por espacio de 50 minutos a una hora, hasta que la superficie se vea seca, dorada y se empiece a resquebrajar un poco la crema. Retirar del horno, dejar templar y llevar luego a la heladera por al menos 2 horas.
Para la compota: en una sartén, calentar los arándanos con el azúcar. Disolver el almidón en una cucharada de agua y agregarlo a la mezcla ya caliente. Cocinar unos 8 a 10 minutos y retirar. Dejar enfriar.
Desmoldar la torta y cubrir toda la superficie con la compota de arándanos. Servir bien fría.





