- 3 atados de espinaca o 1 paquete grande de espinaca congelada Si usan acelga: 1 paquete grande incluyendo las pencas. - 1 cebolla - 1 cda aceite de oliva o de coco - 5 huevos - 5 cucharadas de harina integral o harina de arroz integral - 2 cucharadas de almidón (de maíz, de mandioca, de araruta o kuzu) - 1 cucharadita de polvo de hornear - 1 cucharadita de bicarbonato de sodio - sal, pimienta, nuez moscada a gusto
Saltear la cebolla picada con el aceite de oliva. Cuando transparente un poco agregar las espinacas hasta cocinarlas, que se achiquen y que suelten su líquido (muy brevemente, sin achicharrarlas). Si usan acelga, agreguen luego de la cebolla las pencas picadas y sólo cuando ablanden, las hojas. Dejar enfriar y escurrir muy bien, en colador y luego presionando con las manos o con el reverso de una cuchara hasta dejarlas lo más secas posible.
Procesar, licuar o mixear junto con los huevos, o picarlas bien pequeñas y batir los huevos e incorporar. Agregar los demás ingredientes y dejar reposar unos minutos. Llevar a placa aceitada, enmantecada o de silicona creando una capa fina de masa, de unos 5 mm (va a crecer un poquito en el horno). Hornear a 190 grados por quince a veinte minutos, hasta que la superficie esté seca pero no demasiado dorada (o va a dificultarse el plegado para rellenarlo luego).
Dejar enfriar un poco antes de desmoldar cuidadosamente. El huevo tiende a pegarse mucho: les recomiendo prestar especial atención al engrasado de la placa y a desprender la masa luego con mucha paciencia. Puede arrollarse como un pionono pero también queda muy bien en un sándwich liviano, semejante a un pan de miga.
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