Kalinti (fainá marroquí)

Ya en diciembre estuve sin luz y me las arreglé para cocinar. Con cuarenta grados a la sombra, inventamos recetas “crudívoras”. Ahora, vuelta de Marruecos, con especias despampanantes y recetas nuevas, ¿me va a detener la simple ausencia de gas??

No way, José.

“Kalinti” significa “caliente” en ladino, lengua de los sefaradíes que migraron desde España a Marruecos. Y dicho sea de paso, lengua de mi abuela Susana (Sultana para mi abuelo).

Entre nosotros, es algo parecido a la fainá. Tiene un par de truquitos y diferencias: el agregado de huevos, el aceite de oliva y las especias.

Y claro, se sirve así… bien caliente.

Ingredientes

– 210 grs de harina de garbanzos *1 taza aprox. Hagan el favor de usar harina de garbanzos, no premezcla para fainá… muchas “harinas de garbanzo” industriales vienen rebajadas con harina blanca. Dejando de lado mis pruritos desde el punto de vista de la salud, no es tan rica muchachos. A leer las etiquetas.

– 550 cc de agua.

– dos huevos.

– sal, pimienta, comino, pimentón.

– aceite de oliva generoso para la placa de horno.

– la receta original lleva 100 cc de leche. Puede ser leche vegetal. Puede ser también un copete generoso de yogur natural tipo griego o queso crema (unas dos cucharadas). Soy una hereje, mi abuela sefaradí gritaría como sólo ella sabe hacerlo: “Ah desgraciadita!”. Pero queda bárbaro.

Procedimiento

Lo ideal es remojar desde la noche anterior la harina de garbanzos en el líquido (sin huevos ni condimentos). Si no pueden continúen con los siguientes pasos.

1. Precalentar el horno a 180°. Truco: precalentar también la placa de horno mientras se prepara el resto. Ayudará luego a que no se pegue y a que se forme una linda costrita.

2. Batir los huevos ligeramente, sólo para romper el ligue, con un toque de sal que ayuda; incorporar de a poco la harina de garbanzos cuidando que no haga grumos.

3. Agregar el agua, la leche o reemplazo y los condimentos. Dejar reposar un ratito que la harina de garbanzos va a “tomar” un poco.

4. Sacar la placa del horno, con cuidado que quema; echarle aceite de oliva generosamente y enseguida, la mezcla líquida. Devolver al horno y dejar cocinar unos cincuenta minutos.

Si cerca del final no está dorando por arriba, acercar al techo del horno, que es importante el efecto crocantito y tostado de la costra.