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Los norteamericanos son muy adeptos a usar la calabaza en su repostería: hay miles, millones de recetas de galletitas, tartas, muffins y budines con este sabor. Incluso recurren con frecuencia al «pumpkin spice», una mezcla de especias que ya comercializan lista para potenciar el sabor dulzón del zapallo. Pero me estoy yendo de tema: hoy estrenamos una torta helada gloriosa donde la protagonista es, sí señores, la calabaza.
Recomiendo con fuerza usar un zapallo cabutiá, esos panzones de cáscara negra, hecho al horno o al vapor. No es lo mismo un anco desabrido y acuoso que una calabaza cremosa, dulce y más intensa por naturaleza. Si lo hervimos queda con demasiado contenido de agua y poca onda. Considérense advertidos.
Debajo van un montón de recomendaciones para variar -como siempre- en versiones veganas, vegetarianas y sin gluten; y sobre todo, para adaptar al presupuesto y lo que haya en casa, pues algunos no son ingredientes de los más económicos. Pueden ajustar algunos y no todos, quizás reemplazando almendras por maní o dátiles por miel ya las cuentas dan positivas.
Pero prueben. Prueben esta torta helada. Y después me cuentan…

Ingredientes
Para un molde cuadrado de 20 x 20 cm. Es posible hacer media receta en molde rectangular de budín calculando simplemente la mitad de cada ingrediente. Para la base: - 1 ½ taza de almendras (reemplazables por maní u otro fruto seco). Si están tostadas, mejor. - 6 o 7 dátiles. Reemplazables por miel o azúcar a ojo. - dos cucharadas de aceite de coco (30-40 grs puede ser a ojo) - opcional: agua o jugo de naranja si se necesita, 1 chorrito. Se puede reemplazar el total por la típica base de galletitas molidas, a elección, o incorporar parte de coco rallado o avena. Todas estas opciones son para abaratar costos y/o poder avanzar con la receta aunque no tengan todo en casa. Para el relleno: - 2 tazas (240g) de castañas de cajú sin salar, remojadas toda la noche o al menos 6 hs. - 1 taza (240g) de yogur (lácteo o vegano: de coco, por ejemplo) - 8 a 10 (120g) dátiles secos remojados en agua tibia un rato o en agua fría varias horas. Son reemplazables por miel o azúcar mascabo, a gusto, aprox. 2/3 de taza. - 1 taza (240g) puré de calabaza (horneada o al vapor, no hervida) - 1 cucharadita de canela en polvo - 1 pizca de sal - 1 cucharada de extracto de vainilla - Opcional: si se necesita, un chorrito de jugo o leche (puede ser vegetal) - Opcional 2: media cucharadita de cúrcuma.
Procedimiento
Hacer la base: procesar juntos todos los ingredientes en una licuadora o mixer, hasta lograr una pasta rústica. Si queda muy arenado y no llega a ser semejante a una plastilina, agregar un poquito de agua, leche o jugo. Apenas. Si quedan trozos de almendra sin procesar, mejor.
Colocar papel film, papel manteca o papel separador para freezer cubriendo el molde y volcar la masa. Alisarla con los dedos húmedos o con el dorso de una cuchara hasta formar una base lisa como la de una tarta (sin levantar paredes, solo la base) y llevar al freezer mientras hacemos el relleno.
Para el relleno: escurrir las castañas y los dátiles. Procesar o licuar todos los ingredientes hasta formar una crema homogénea, lisa y sedosa. Si la licuadora o mixer son poco potentes, recomiendo licuar primero las castañas y el yogur hasta que sea lo más homogéneo posible. Luego sumar el resto de los ingredientes.
Volcar el relleno en el molde (que ya está forrado y con la base colocada) y cubrir la preparación con el mismo papel usado para forrar el molde. Freezar por 6 a 8 hs.
Para desmoldar, porcionar y servir, descongelar con tiempo. Si tienen una heladera que tenga compartimento extra frío se puede conservar ahí. En freezer dura impecable al menos 3 meses, en heladera alrededor de 1 semana a 10 días.





