Tarta integral esponjosa, de espinacas con masa de quinoa
16 febrero, 2012Todos los pestos, el pesto
El pesto tradicional lleva albahaca, ajo, queso rallado del bueno, aceite y pimienta. La sal dependerá del queso, a veces ni hace falta. Todo eso pasado por un mortero, o procesado, ya es una maravilla que se conserva largo rato en la heladera (consejo, agregar un chorrito más de aceite arriba antes de cerrar el frasco para que no se oxide y dure todavía más). Vamos con las variaciones, y con ellas algunos usos.

1) Verde que te quiero verde
El pesto de albahaca está buenísimo, pero no se te ocurrió nunca hacerlo con rúcula, por ejemplo? es más picantón y muy perfumado. La mayoría de la gente va a desaprobar las hojas más amargas, pero la rúcula es amiga de todos. Pega muy bien en sándwiches, basta de mayonesa como único aporte al pancito. Pesto de rúcula sobre pan tostado, con tomates y palta, faaaa.
Y la espinaca? Nunca probaste con espinaca? gol de media cancha. Lo que me lleva a…

2) Almendradísimo
Pesto de espinaca, claro que sí, en una de mis combinaciones favoritas: con almendras tostadas. El consabido ajo, queso rallado y también un poco de ralladura de limón. Pega increíble, lo recomiendo para las verduras al vapor por ejemplo. Una calabaza al horno con un cucharón de pesto de espinacas es la gloria.
El pesto más auténtico de todos, el original, en realidad lleva piñones. En Argentina casi no se usa, un poco por adaptación y otro poco por bolsillo: los piñones escasean y son carísimos.
Un tío abuelo mío llamaba “pesto genovés” al pesto con almendras, no sé si será así pero prueben y jueguen. Con nueces es obviamente un placer, con avellanas, y atención especial a las castañas de cajú, que me acercan al…

3) Pesto vegano.
Yo sé que esto genera resistencias, pero para eso estamos, a combatirlas che. El pesto hecho con amor, bien condimentado, y con un par de secretitos, puede tener gusto-a-pesto sin el queso. Estos secretitos en mi experiencia son: por ejemplo, usar castañas de cajú y procesarlas un poquito más antes. La Castaña es el queso de los veganos, o por lo menos uno de los favoritos, da mucha textura “quesosa” y sabor a rabiar. Otro: extra sal, extra pimienta. Dos aportes que habitualmente hace el parmesano. También se pueden sumar especias como el comino, sin exagerar que empieza a tener gusto a otra cosa. Usen aceite de oliva: el pesto es rico con otros aceites, esto también da para jugar, pero en este caso el sabor del oliva ayuda mucho. No olvidar el ajo y para los más valientes: procesen un poco de tofu duro y no le avisen a nadie. Créanme, pasa por queso.
4) Hablemos de queso.
No voy a descubrir América con variables inusitadas: por favor, no le pongan muzzarella al pesto, que va por otro lado. Sí les puedo decir que no todo es parmesano en la viña del señor, y que últimamente en mi fanatismo por el fontina encontré que queda muy bien “empestado”. Pero siempre quedándonos dentro de los quesos duros. Una gran alternativa es usar un buen queso de cabra maduro y potente. Con piñones quedaría de campeonato.

5) Pesto con tomates secos.
Ahhh no te esperabas un pesto colorado? Le queda súper el dulzor de los tomates secados al sol (los tenés que hidratar antes, en agua o en té por ejemplo). Este es el que te diría que pruebes con pastas si seguís con la obstinación de quedarte en el terreno spaghetti. Hay otro pesto colorado con pimientos asados, pero para mí no es lo mismo.
Ponele oliva, ajo, quizás unas alcaparras? y le va a quedar muy bien romero fresco si tenés. El rey de la bruschetta, y escuchen esto: vi a algún gordito untárselo a las papas fritas. Qué decir, éste es un blog sin censuras.
La yapa
Por aquí, una mayonesa de albahaca, serendipity de un pesto que no fue.
Acá, crema de rúcula en el mismo camino.
Y por fin, crema de espinacas y tofu, que ya se va un poco de tema pero los veganos se la merecen.



