El primer paso para este tiradito es singular: afilar bien el cuchillo.
Queda mejor en láminas bien finas que en cubitos, y para eso es necesario un poco de delicadeza y un mucho de filo.
Filetear 100 grs. de lenguado (uno de mis pescados favoritos en la vida, y más para ceviches) y 200 de salmón rosado. Es que el pescado blanco pierde ante la textura del salmón, y si van en partes iguales, uno se encuentra evitando al pobre lenguado que no se lo merece. Si lo quieren hacer con camarones o langostinos, queda genial (lo ven en las fotos!).
Reservar bien tapado por film en frío. La idea es dejar ya fileteado el pescado antes de preparar lo demás para que recupere temperatura: si lo cortáramos a último momento, llegaría a la mesa casi al natural y no es lo mejor para comerlo crudo.
Aparte, cortar media cebolla morada en tiras lo más finitas posible:transparentes. Agregar cubitos de mango a gusto (aunque ojo, no es una ensalada!), tratando de no desperdiciar nada del jugo. Condimentar con sal, miel o azúcar, el jugo de medio limón y una cantidad similar de un pisco rico. Reservar al menos veinte minutos para que la cebolla se cure un poco, y quede suave.
Servir las láminas de pescado en un plato playo; cubrir con la mezcla de cebollas y la salsa de pisco, terminar con un poco más de sal, albahaca y ciboulette frescos.
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