
Yogur casero
17 septiembre, 2013
Helado de banana y palta
5 octubre, 2013Quizás, la última sopa de la temporada?
Naaa a quién quiero engañar. El fanatismo sopero es demasiado grande para dejarse vencer por unos escasos quince, veinte grados.
Esta sopa es uno de los mejores regalos que me dejó una etapa macrobiótica. Después de desistir, por cansancio, de un seguimiento estricto, quedaron como sedimentos algunas costumbres, algunas recetas valiosísimas. Por supuesto, como siempre, un poco adaptadas. La versión macro de esta sopa es con aduki y sale riquísima, pero el frijolito negro es mi favorito y le da un gustito más profundo, más ahumado. Después, dos o tres sencilleces más: calabaza, verdeo y alga kombu. No pongas esa cara, suma mucho el alga, ya vas a ver.
Las gotas de aceite de albahaca por arriba son claramente promocionales y para el canchereo: no vienen con el packaging de venta al público.

Ingredientes
- un zapallo Anco chico, despepitado, cortado en trozos grandes. - una taza de porotos negros remojados una noche - dos o tres varas de cebolla de verdeo - un diente de ajo - tres o cuatro “moneditas” de jengibre - un cuadradito de alga kombu (del tamaño de un cassette, quizás?) - dos cucharadas de salsa de soja - sal y pimienta
Procedimiento
Meter todos los ingredientes en una olla y cubrir con agua fría. Si te sobra algún trozo de zanahoria, nabo o apio en casa lo podés agregar. Llevar a hervor y bajar el fuego, cocinar mínimo una hora. Si tenés olla a presión, con cuarenta minutos es suficiente.
Obviamente, en la versión de la foto procesé la sopa para obtener una crema que tiene una textura divina. Pero muchas veces la sirvo natural, sin procesar: la calabaza queda totalmente deshecha y los frijolitos, suaves y tiernos.
Servir, si estás muy gourmet, con gotas de aceite de albahaca, o cilantro, semillas y pimentón.
Al día siguiente, como todas las sopas, es más rica.




