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23 enero, 2017El sándwich de helado era un favorito de mi abuela Susana. Esto me lo contó mi mamá, porque para la época de mi infancia ya casi no existían y mi abuela se conformaba con un vasito de marrón glacé si visitábamos una heladería. Es que ella era así: le gustaban los sabores simples y dulces. Las golosinas que te abrazaban con su azúcar como un mimo gigante. Como ella.
A mí la idea de un sándwich de helado me resultó siempre un poco aburrida. ¿Qué necesidad hay de enchufarle a una crema tan deliciosa algo que no le hace ningún favor? Obleas y galletitas figuran entre las malas compañías posibles del helado, si me preguntan. Pero últimamente me acordé mucho de mi abuela, que en pocos días cumpliría 103 años. En su último cumpleaños le llevé una caja de figuritas de chocolate y, como una niñita, elegía conejitos y moños por el dibujo, haciendo ojitos pícaros al probarlos. Dulces, simples, exquisitos. Como ella.
Así que aquí va un sándwich de helado que sí me gusta (corrección: me encanta). Para mi abuela Susana. Con la sensación de que podríamos compartirlo el día de su cumpleaños y ser felices las dos: porque es dulce, simple, exquisito. Con poquitos ingredientes, ninguna complicación típica de las recetas raw (aunque lo es), nada de azúcar (abu, probalo igual, te juro que está rico), y ni pizca de harina (no seas zonza, dale, tiene dátiles que te encantan).
Para ella y para todos, este sándwich helado con tapas de dátiles y coco + crema helada de banana, coco y cerezas.
Ingredientes
Estas cantidades funcionan para un molde de budín clásico. Se podría duplicar la receta perfectamente para una fiesta. Les recomiendo forrar el molde con film o separadores para freezer de forma de poder desmoldar el helado una vez congelado con máxima facilidad. Las variaciones en la masa son para hacerla más económica (reduciendo fruta seca), o apta para celíacos (sin avena), según las necesidades de cada quien. Para las “tapas” - media taza de coco rallado - media taza de dátiles remojados previamente en agua tibia y/o pasas (recomiendo usar dátiles o al menos una parte de dátiles, dan un sabor más agradable y son pocos los que hacen falta aquí). - media taza de (uno solo, a elección o una mezcla de ellos): avena arrollada, almendras molidas, avellanas molidas, nueces molidos. Con pistachos molidos enloquecés. Los que no tengan nada de esto y tengan tentación, usen media taza de galletita molida. - opcionales: canela, vainilla, jengibre. Para el helado - una banana grande bien madura - media lata de leche de coco (200 cc aproximadamente) - 2 cucharadas soperas de aceite de coco virgen (es prescindible, pero colabora mucho con la textura cremosa) - 2 cucharadas de miel, o quien lo prefiera: stevia, azúcar, almíbar, agave, etc. La cantidad de endulzante también puede ajustarse a gusto. - 1 puñado de cerezas o la fruta que les guste y que congele bien: arándanos, frutillas, rodajas de banana, etc. - opcionales: vainilla, canela, cacao, chips de chocolate, etc.
Procedimiento
Procesar todos los ingredientes. Agregar de a poco agua de remojo de los dátiles sólo hasta formar una masa bastante dura, como plastilina.
Estirar con palote o a mano, entre dos separadores para freezer o papel film, buscando dar la forma del molde x 2 (para la base y para la tapa). Debe quedar fino, de alrededor de medio cm o 7 mm.
Colocar una parte forrando la base del molde. Dar a la otra mitad la misma forma y llevar al freezer por media hora ambas partes mientras preparamos el helado.
Para el helado simplemente hay que licuar o minipimerear todos los ingredientes, ajustando dulzor y especias a gusto. Cuando la base está semicongelada, verter este relleno, agregar las cerezas descarozadas y cortadas en trozos grandes y cubrir con la tapa (segunda mitad de masa).
Freezar por al menos dos horas antes de servir.
Se puede preparar con varios días de antelación. En este caso, retirar del freezer al menos veinte minutos antes, desmoldar y dejar templar para que tome una textura más cremosa y pueda cortarse en porciones con facilidad.





