- 2 tazas de leche vegetal (o leche de vaca si prefieren) - ¼ taza de cacao amargo - Endulzante a elección: puede usarse stevia, azúcar o miel. Recomiendo lo que más me gusta: usar siempre en todos los casos una cucharada de miel para aportar sabor y textura, pero no endulzar la totalidad del postre con ese sabor. El resto, lo que prefieran. La cantidad también es muy personal: recomendaría unas 3 cucharadas de azúcar mascabo por ejemplo en total, pero hay que probar y testear según las preferencias. - 4 cucharadas de almidón o fécula. Recomiendo usar kuzu o araruta que son dos almidones más saludables. De no conseguirse, puede usarse sin problema fécula de maíz. - 150 grs de chocolate picado, de buena calidad. Si no consiguen, agreguen un poco más de cacao. - 1 cdta extracto de vainilla Opcionales: - 1 cdta. de canela. - Almendras tostadas y picadas. - Coco en escamas tostado. - Lo que se les ocurra.
Mezclar media taza de la leche con el almidón, revolviendo continuamente y con cuidado de disolverla en frío lo mejor posible. Reservar.
Mezclar el resto de la leche (una taza y media) con el cacao amargo y llevar al fuego en una cacerolita o jarro revolviendo cada tanto. Cuando esté a punto de hervor, agregar el resto de la leche que tiene almidón lentamente, revolviendo hasta integrar del todo.
Continuar cocinando a hervor suave por unos 3 o 4 minutos. Agregar el endulzante, integrar y apagar el fuego. Agregar la vainilla y el chocolate picado, integrar bien y volcar en un bowl o varios individuales para llevar a la heladera por espacio de 3 hs mínimo, hasta que cobre frío y espese.
Notas:
– esta receta puede hacerse empezando con “leche chocolatada” vegetal o de vaca. Siempre habrá que disminuir la cantidad de cacao que agregaremos según la que usemos, o directamente cancelar
el agregado de cacao. Lo mismo con el endulzante: si la leche ya está endulzada obviamente necesitaremos agregar menos, o nada.
– según la leche elegida y la preferencia en textura de cada quien, puede necesitarse un poco más de almidón para espesar. Para saber qué hacer, pueden extraer una cucharadita de la olla y probar cómo espesa al derramarla sobre un platito. Siempre en frío va a espesar todavía un poco más. De todas formas, si llevaron la preparación a la heladera y quedó muy líquida, van a poder recalentarla y agregar con cuidado un poco de almidón disuelto en agua para espesarla sin inconvenientes. En cambio lo
inverso (hacer líquido un postre demasiado almidonoso) no es fácil.
– para evitar que se forme “nata” o una capita de textura desagradable sobre el postre, pongan un papel film o un separador de freezer en contacto con la superficie cuando lo lleven a heladera.
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