Leche de coco casera: vamos con una crónica que devela los mitos y verdades del caso. ¿Sale bien? ¿Queda rica? ¿Sirve como la comprada? Una investigación estremecedora, que pasamos a desarrollar.
1) Es facilísimo, verdad. Igual que cualquier leche vegetal, con variante aceleradora para sacarla en dos minutos si te olvidaste del remojo.
2) Es muy rica, verdad. El sabor a coco está y mucho. Solita ya te la querés tomar y sos feliz.
3) Es igual a la comprada: falso amigos. Es hora de salir de la negación. Aceptemos las pérdidas. La textura cremosa y densa de la leche de coco comprada es inapelable, no se logra al menos con ninguna receta casera que yo conozca, y cuando la necesitemos hay que salir y gastarse unos morlacos. Para hacer crema de coco batida, se imaginarán, no hay vuelta que darle.
Para lograr cremas crudas, crema batida o helada, en general para reemplazar la cremosidad de la crema o aportar textura espesa, no va a andar. Lo que pueden hacer es imitarla con kuzu, almidón de maíz o el mentado agar agar, pero para el caso sería lo mismo con cualquier otra leche vegetal y no hace falta atarse al coco.
Para cocinar, entonces, sirve en un montón de casos, y en otros no tanto. Cuando buscamos el sabor del coco, mazel tov! No hay problema. En budines, pancakes y panqueques, galletitas, infusiones, no vas a tener ningún drama. Simplemente quizás ajustar un poco la proporción de sólidos – líquidos cuando amerite. En mi ya famosísima marquise de chocolate vegana, por ejemplo, recomiendo sumar apenas una cucharadita de agar agar para lograr la textura adecuada. Para guisos estilo hindú o vietnamita, como el pescado infusionado en coco y limón, o curries, anda perfecto. Y para bebidas o licuados, riquíiiiismo.
Ingredientes:
- coco rallado
- agua
- opcionales para acentuar el sabor: pizca de sal, toque de vainilla si es para dulces, uno o dos dátiles para endulzar.
Procedimiento
Para ambos casos, una parte de coco por tres de agua.
Podés hacer una parte de coco por dos de agua para un sabor y consistencia más concentrados.
Versión a – con reposo
Dejar reposar el coco en el agua durante la noche (o mínimo 3 horas).
Versión b – acelerada
Calentar el coco dentro del agua en una cacerola hasta casi hervor. Dejarlo reposar hasta que baje la temperatura.
En ambos casos:
Licuar mucho (en licuadora potente o minipimer) y colar. Se puede utilizar una bolsita de tul, gasa o un colador muy fino tipo tamiz. También hay bolsas especiales para filtrados de leches vegetales.
El líquido resultante es leche de coco.
Con la pulpa de coco sobrante se pueden hacer preparaciones saladas y dulces: secada al horno muy bajo durante largo rato, es harina de coco casera y funciona divinamente para este budín amado por ejemplo.
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