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29 mayo, 2014Sospecho que unos cuantos me van a fruncir mucho, mucho el ceño… los que no estén saltando en una pata de pura alegría. Es que esta receta es el cielo para algunos, y una afrenta nacional para otros. Yo, argentina.
Eso que ven ahí es dulce de leche vegano. Sí: la frase -por más popularizada que esté- es una contradicción. Pero ¿cómo lo vamos a llamar? ¿»Dulce-de-lechevegetal? ¿»Dulce de lechedeavena, dealmendras, desoja, según el caso?
Llamalo como quieras; el caso es que sale facilísimo y queda delicioso. Por-su-pues-to, el sabor varía según el tipo de leche que uses; como la naturaleza, las leyes de la cocina y la lógica mandan. Los aliento a todos a probarlo con leche de coco casera y a abandonar de un saque el terreno de la tradición y las buenas costumbres, con altísima fiesta repostera como recompensa. Uses la leche que uses, la textura es lujuriosa, bien acaramelada; y cada uno en su versión, todos quedan intensamente ricos.
Ingredientes
- leche vegetal: de almendras, de soja, de avena, hasta jugate con leche de coco casera. La que quieras. Cada una va a tener su propio sabor, claro. - azúcar integral mascabo. - opcional: extracto de vainilla, y si estás aventurero, canela. Proporciones: La receta tradicional indicaría misma cantidad de leche que de azúcar. Lo cierto es que con mucho menos, sale bien y queda perfecto. Yo diría que 2/3 taza de azúcar por cada taza de leche alcanza y sobra para una textura aterciopelada y publicitaria. Si usás leche de soja industrial, al menos en Argentina, acordate de que viene azucarada y reducí todavía más la cantidad de azúcar mascabo, bajando por lo menos un cuarto de taza. No trates de hacer dulce con menos de dos tazas de leche: vas a terminar con un frasquito raquítico después del mismo tiempo y el mismo trabajo que lleva hacer una cantidad digna. Dura mucho en heladera, además.
Procedimiento:
Como cualquier dulce de leche. Mezclas la leche y el azúcar, en una cacerolita, revolviendo a fuego medio-bajo. Cuando rompa el hervor, sostener un fuego mínimo para que siga cocinándose sin saltar a borbotones; revolver con cuchara de madera cada quince minutos más o menos, hasta que el dulce de leche “te llame”. Hay que recordar que cuando se enfríe va a tomar más consistencia, no esperes al punto de un dulce frío para sacarlo del fuego. Con una hora, seguro seguro, ya tenés listo el dulce; quizás bastante antes. Probá sacando un poco y volcándolo en un platito, si querés ver cómo queda al enfriarse.
También podés sacar del fuego una parte antes, y quedarte con una gran “salsa” de dulce de leche para bañar helados, frutas y postres. Altamente recomendable.
Eso es todo. A un frasco, y a la heladera. Si no te lo bajás de un saque…




