Crepes integrales de sarraceno

Tenemos una costumbre difícil, caprichosa, rebelde: cenamos de noche.

Entonces, qué pasa. Las fotos del menú son inutilizables (por falta de luz) o directamente inexistentes (porque el hambre le gana siempre la partida a la dedicación).

Como en el caso de estos crepes, recién hechos, irresistibles, con un kit de rellenos varios que no podían esperar. Hierbas frescas y picadas (cilantro, perejil, verdeo), un salteadito de verduras, palta y tomate en cubos, y hasta salmón teryaki recién sarteneado. ¿Hace falta decir más? Sabrán comprender que no nos detuviéramos por nada.

Por suerte, estas crepes tienen dos grandes ventajas: salen un montón, como para reincidir a la hora del almuerzo. Y además, quedan bien con mil rellenos; lo que haya en la heladera. Entonces a la luz del día, sucedió la maravilla que ven ahí: crepes toma II, con calabaza y queso de cabra, un almuerzo de superacción. 

Ingredientes

- 1 taza de leche (descremada, vegetal, la que uses)
- dos huevos
- media taza de harina de trigo sarraceno
- una cucharada de harina de algarroba o cacao amargo (opcional, para rellenos dulces)
- una cucharadita de polvo de hornear
- condimentos a gusto: sal y pimienta, nuez moscada. Si querés rellenarlos con dulces, evitamos la pimienta, podrías sumar canela o más cacao. Tratá de ser neutro  o apenas agregar azúcar o miel en mínima cantidad.

Procedimiento

Batir todos los ingredientes hasta que se integren: no batir de más, que cambia la textura.

Si hay tiempo, dejar reposar dos horas en la heladera, queda mejor. En ese caso, volver a batir ligeramente antes de cocinar, porque se separan un poco los ingredientes. Sino, se pueden preparar en el momento, no pasa nada.

Precalentar una sartén a fuego medio, pincelar apenas con aceite (o manteca, a gusto) y echar un “cucharón” de la mezcla, cocinar vuelta y vuelta unos minutos, como cualquier crepe o panqueque. Salen bien finitas, si así te gustan. Con estas cantidades, preparé unos diez panqueques.

Los rellenos:

En la foto, una aplicación fácil y rica: puré de calabaza y queso feta de cabra, desgranado. Sal, pimienta, nuez moscada y adentro.

Pero muchos otros rellenos rankearon tan, tan alto, que nunca llegaron a la foto. Por hoy, van los salados:

– mi favorito: batata y queso blanco, con sal y pimienta nomás. Apenas tibios. Con un poco de verdeo ya es el cielo.

– salmón teryaki desmenuzado y verduras salteadas: repollo, zanahoria y cebollita. De colección.

– simples quesadillas, derritiendo un buen queso gouda o colonia adentro de la crepe doblada al medio, con hierbas, unas ciruelas bombón fileteadas, o apenas un hilito de miel.

– fríos: con palta, tomate y rúcula. Ñam, para comer de parado.