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23 febrero, 2016Estos biscotti integrales con almendras me hacen pensar en algo que no tiene ni la mitad de elegancia: los Bay Biscuit. ¿Se acuerdan? esa galletita alargada y seca, crocante y avainillada, una invitación urgente a ensopar en el café con leche o él té.
Yo sólo comía Bay Biscuit algunos sábados: cuando después del club, mi papá me llevaba a tomar café con leche. No los extrañaba el resto de la semana, para ser sincera. En cambio estos biscotti, perfumados con naranja y recargados de almendras tostadas, debieron ser horneados ya tres veces en los últimos días, y algo me dice que volverán a hacernos falta apenas desaparezcan las migas. Llevan un poco de polenta (harina de maíz) y por eso la textura es todavía mejor.
Son insospechadamente sencillos y como su nombre lo indica, al recibir dos tandas de horneado (bis-cotti, dos veces cocidos), duran muchísimo. No es que los hayamos dejado durar para comprobarlo, ejem.

Ingredientes
½ taza aceite de coco ½ taza azúcar mascabo y 3 cucharadas de miel 2 huevos grandes (los veganos pueden reemplazarlos por media taza de puré de calabaza, aunque puede que se desmigaje un poco más fácil) 1 cdta de vanilla 1 ½ taza de harina integral ½ taza de polenta (harina de maíz) 1 ½ cdta de polvo hornear 1 cdta de zest naranja 1/3 taza de almendras tostadas y picadas groseramente Nota al pie: reemplacé con mucha felicidad parte del azúcar y el zest (o ralladura) por media naranja en almíbar que tenía, una conserva riquísima. El que no sea fan de la naranja puede omitir tanto una cosa como la otra, y perfumar con lo que más le guste: limón, canela, cardamomo…
Procedimiento
Precalentar el horno a 180 grados.
Mezclar la polenta, la harina, el zest de naranja y el polvo de hornear. Reservar.
Batir ligeramente los huevos (o el puré de calabaza) con el azúcar, la vainilla y el aceite de coco. Integrar bien y agregar los secos (la mezcla anterior). Agregar por último las almendras tostadas y picadas, e incorporar todo con las manos hasta obtener una masa compacta que se despega bien del bowl y está apenas integrada. Si queda un arenado que no se integra del todo bien, agregar apenas unas cucharadas de leche (puede ser de vaca o vegetal, por ejemplo de almendras) o incluso agua. Pero no debería hacer falta.
Formar dos hogazas bastante chatas y colocar en una placa apenas aceitada para horno.
Hornear unos 20 a 25 minutos hasta que esté dorado por fuera y salga limpio un palillo al pinchar.
Cortar en rodajas de unos dos centímetros de ancho, o a gusto, y volver a hornear unos diez minutos, volteando a la mitad cada biscotti para terminar de tostarlos en sus dos lados.
Las piezas de las puntas, que tienen mucha corteza, no servirían para este segundo horneado: el cocinero se las come así, solitas, con toda felicidad.





