Punteo para una tortilla feliz

– Al huevo hay que romperle el ligue, pero no batirlo con espumita. Sólo hasta que quede más o menos homogéneo. Un poco de sal antes de mezclar ayuda. Un chorrito de salsa de soja en este punto es un lindo secreto, le da mucha onda.

– Si te gusta que la tortilla de verduras tenga cierta contextura -digamos, que no sea como un omelette sino más parecida a la de papas-, es posible aún sin harina o maizena. Un puñado de arroz, de mijo o de cualquier cereal integral (cocido por favor!) queda muy rico y le da cuerpo.

– Parezco una ecónoma de la tele, pero es cierto: si son protagonistas, es importante tener BUENOS huevos. De los de verdad. No esa pseudo yema amarillenta misteriosa.

– El destino de la tortilla se juega en las temperaturas! Bien caliente la sartén al arrancar; pero la mezcla fría, para que no absorba demasiado aceite. Bajar el fuego para que se cocine parejo antes de darla vuelta, y ahí otra vez, bien fuerte para dorar la otra cara. Después de voltearla alcanza con el sellado, sin pasarse de rosca ni secarla de más.