Tarta de ricota sin harina
13 febrero, 2012Budín de banana sin harina
14 febrero, 2012Babbaganoush. Eso es lo que cualquier porteño llama “pastita de berenjenas”, esa delicia que no podés parar de comer en los restaurantes o rotiserías árabes, pero que jamás se te ocurre hacer en casa. ¡¡Si supieran!!
Si supieran lo fácil, lo rico y lo versátil que es. El babbaganoush (pronuncie conmigo: babaganúsh, salud, gracias) se come casi siempre con pan árabe como simple dip. Pero en un sándwich, con tomate y queso, es una estrella. Salseando una carne fría, uf. Y rellenando por ejemplo, champignones o rollitos de zucchinni, o con una feta de jamón crudo y tomate seco… uf, uf, uf.
Y una cosa más, es tíiiipica comida que fascina a muchos de los que dicen odiar la berenjena. No tiene gusto a berenjena hervida (nada debería, pero ése es otro tema), no es babosiento ni gelatinoso.
Aclaración: en esta ciudad no para de llover hace una semana. Todo bien con el otoño tardío. Pero además de tenernos a todos semideprimidos, imposibilita sacar fotos dignas. Así que hay algunas fotos prestadas acá, pero, ¿no son hermosas las berenjenas?

Ingredientes
½ kg de berenjenas 2 cucharadas de tahine (pasta de sésamo) 1 chorro de aceite de oliva 1 diente de ajo Sal y pimienta ½ cdta de comino Jugo de ½ limón
Procedimiento
1) con medio kilo de berenjenas estamos bien como para hacer un tamaño de salsa medio, la cantidad que comprarías en una delicatessen árabe para llevar a casa y compartir entre tres o cuatro personas.
Todas las variedades andan bien. Las japonesas, esas alargadas y finitas de color violeta, van a dar más trabajo para pelarlas pero casi no tienen semillas. La vida te pone opciones más difíciles que La elección de Sophie, mirá.
2) lavarlas y ponerlas en una placa de horno sin nada, ni sal, ni aceite, ni nada. Dijimos que es fácil. Llevarlas a un horno a-las-chapas, bien fuerte.
3) vigilarlas cada tanto y cuando se pongan negritas o bien oscuras de un lado, rotarlas como para que se hagan parejas. El objetivo es que el interior quede bien cocido, casi pasado sin llegar a secarse, y que la piel se queme no es problema: al contrario, da un saborcito ahumado que suma. Puede quedar más o menos así:

4) dejarlas enfriar como para no pelarte los dedos al sacar la pulpa. Es muy fácil: hacerles un tajito y raspar todo el interior con un tenedor o cuchara, descartando las pieles.

5) Fueron varios pasos pero casi no hiciste nada. Ahora viene la parte divertida: procesar la pulpa con sal, pimienta, aceite de oliva generoso, un diente de ajo grande o dos pequeños, comino, bastante limón, y si es posible una cucharadota de Tahini, pasta de sésamo (el tahini o tahine se consigue fácil y sirve para varias cosas, dura un siglo, daaale, agenciate un frasco). Opcional: cucharadita de azúcar o miel, que levanta el sabor de todo junto y el dulce natural de la berenjena. Procesar o minipymerear bien, hasta que quede muuuuy cremoso. Si no emulsionás bien el aceite con los demás ingredientes no se pone cremoso, por eso está bueno hacerlo a máquina.
6) Ahora sí, felicidad. Picá bastante perejil para terminar, o también queda bien un poquito de pimentón. Pega genial con: tomate, queso de cabra, ricota, jamón crudo, y cualquier pancito o galletita especialmente si tiene sésamo.




