Ahora que el libro ya salió del clóset, les puedo contar un poco acerca del loco, intenso proceso de preparación. Y cuando digo “preparación”, por favor, no crean que me retiré a la montaña un año y medio a concentrarme en sus bellas páginas. Para hacer honor a la verdad, hay que imaginarse una tormenta caótica de ingredientes, pañales, batidos, chupete, tamiz, cuna, horneado, gateo, fotos y más fotos, pasos y más pasitos. Pruebas, éxitos y traspiés por todos lados. Balbuceos, intentos. “¿Cómo trabaja mamá?” “Tiki tiki tiki!” dice Julia, que me compartió todo este tiempo con semejante aventura.
La mezcla explosiva de libro e hija fue un torbellino, pero también un quilombo hermoso. Aprendí un poco, quizás, que hay veces que vale la pena el estado de intensidad, esfuerzo y dedicación maratónica para algunas cosas especiales. Estos cuadraditos de lemon pie tienen mucho de eso. En general no soy de las personas que le dedican quince vueltas a cada receta. O sale fácil, o no sale. Esta vez, en cambio, la investigación duró muchas tandas de masa, muchas vueltas de crema de limón vegana (con castañas, con crema de coco, con almidón..), refinamientos varios. Y déjenme decirlo: valió absolutamente la pena. Son dignos de vidriera. Bellos. Aterciopelados. Muy, muy suaves y con la dosis justa de limón para que no empalaguen nunca.
Estos cuadraditos de limón son una cruza de dos recetas: la base es la misma masa de las galletitas más power que conozco, con zanahoria, pasas y cereales integrales. La crema se asemeja bastante a un lemon curd (esa delicia irresistible en el medio del lemon pie) pero es vegana, y sin embargo juro que no hay cosa más dulce, sedosa, alimonada y suntuosa que esta versión.
Pueden hacer los cuadrados con otra masa que les guste o simplemente moler galletitas (o almendras) y aprisionarlas con un poco de manteca de coco para formar la base. Incluso simplemente avena con jugo de alguna fruta y algo de azúcar o miel forman una buena base. Yo les recomiendo esta combineta, sin embargo, porque tiene un balance de sabores muy especial.
Sobre la crema de limón o lemon curd vegana: probé muchas formas de hacerla. Usé castañas de cajú hechas crema, leche de coco, almidón, infinidad de opciones. Ninguna queda tan rica ni tan sedosa como el tofu. Juro por Tutatis que no tiene sabor a tofu sino a limón, gracias a la ralladura, y la acidez justa gracias al jugo. Recomiendo que se animen al tofu por esta vez. Ninguna otra versión queda parecida!
Ingredientes
- ½ masa de galletitas power (hacer click aquí). La otra mitad… para galletitas!
Para el relleno:
- ½ bloque de tofu de seda (busquen orgánico por favor!). Es aproximadamente 1 taza.
- jugo de 1 limón y medio (aprox. si son pequeños, mejor dos)
- ralladura fina de 1 limón y medio
- 1 cdta de extracto de vainilla
- ½ taza de miel, agave o miel de arroz. No recomiendo azúcar mascabo porque queda más granulado y se oscurece, pero tampoco queda mal. Una recomendación sería procesar el azúcar mascabo en este caso para que quede más fina, lo que queremos es algo más cercano al azúcar impalpable.
- 1 cda de agar agar disuelta en agua tibia. pueden obviarla, debería quedar bien igual!
- 4 cdas de aceite de coco (no reemplazable por aceite de maíz)
- si quieren darle color (yo no lo hice): una cdta de cúrcuma, colorante natural y muy beneficioso para la salud (googleen los interesados).
Procedimiento
Para la masa
Preparar la mezcla tal como indica esta receta de galletitas, pero volcarla formando una capa uniforme de 1cm aproximadamente sobre la base de un molde con al menos 4 cm de alto (porque luego vendrá el relleno).
Hornear menos de lo indicado en la receta: por espacio de diez a quince minutos, hasta que se seque pero no se dore, y reservar.
Para el relleno
Licuar o minipimerear todos los ingredientes excepto el agar agar, formando una crema lo más lisa y homogénea posible. Agregar finalmente el agar agar disuelto y licuar un poco más.
Volcar sobre el molde con la base precocida. Hornear a 180 grados por espacio de veinte minutos aproximadamente, hasta que el tofu se vea seco en su superficie y empiece a tomar color.
Retirar del horno y dejar templar. Llevar a heladera por una o dos horas antes de desmoldar. Servir frío.
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